Obras de misericordia: radicalidad y excentricidad

Obras de misericordia: radicalidad y excentricidad

PAULA DEPALMA.- Este año, dedicado al jubileo de la misericordia, es una buena ocasión para recuperar y profundizar en las obras de misericordia. Estas “han guiado las prácticas cristianas durante siglos (…) y, de alguna forma, todas ellas siguen siendo de plena actualidad”.

La misericordia, vivida en la radicalidad y excentricidad que encierra, es clave de credibilidad y autenticidad para los cristianos. El papa Francisco afirma que la misericordia es clave de autenticidad eclesial, “es la mayor de las virtudes” (EG 37) y es también motor de evangelización (EG 114). Ser una comunidad evangelizadora significa recibir y brindar misericordia.

"[La comunidad evangelizadora] vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva. ¡Atrevámonos un poco más a primerear!" (Evangelii gaudium 24).

Entender a la misericordia como el constitutivo eclesial queda reafirmado en la convocatoria de este jubileo:

"La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo. Cada vez que alguien tendrá necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene". (Misericordiae vultus 25).

Por todas estas razones, queremos dedicar las próximas entradas de este blog a discernir la dimensión más arriesgada y hasta conflictiva que encierran las obras de misericordia.

“Otro mundo es posible si asumimos las obras de misericordia”, así resumía Mons. Carlos Osoro la necesidad de practicar las obras de misericordia. Y otra Iglesia se puede gestar a la luz de la misericordia como catalizador de opciones arriesgadas y compartidas.

Vivir y concretar las obras de misericordia es un camino para compartir con otros la alegría del Evangelio.

 

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