Navidad en todas partes: ¡aprovéchalo!

Navidad en todas partes: ¡aprovéchalo!

DANIEL OROZCO.- Se acerca la Navidad, sí, otro año más. Y con ello mucho revuelo: fiestas en la escuela; a veces también en la parroquia; puentes, compromisos, compras, que harán más difícil el ritmo normal (incluso la asistencia) de las sesiones de catequesis.

Ante esta vorágine, serán muchas las palabras que leas o escuches en estos días con un mensaje similar a este:

“Por un lado, está la Navidad exterior: la de las luces, los adornos, las comidas en familia, los regalos, el consumismo… Y por otro, la verdadera Navidad, la del corazón, la que celebramos los cristianos con el nacimiento de Jesús”.

Pues bien, querido amigo o amiga catequista, hoy te propongo: di no a este mensaje.

Aprovecha que, de manera privilegiada, toda la vida, todo lo cotidiano, se llena de símbolos, actitudes, gestos, palabras, sonidos, que tienen que ver con la Buena Noticia del Evangelio, aunque no se diga explícitamente; aunque, incluso haya quienes pretendidamente quieran diluir el sentido religioso de estas fechas. No apartes todo esto, ¡aprovéchalo!

  • Aprovecha que las calles, los escaparates, las casas, se llenan de adornos para preguntarte y preguntar a tus catequizandos qué es aquello tan especial que va a ocurrir, tan especial que hace que todo se engalane, hasta el rincón más aburrido o soso de tu ciudad o de tu lugar de trabajo.
  • Aprovecha los gestos de solidaridad que tan frecuentemente se dan en estas fechas para animarte y animar a que cada día el servicio, la caridad, el amor al prójimo, especialmente al más necesitado, se convierta en seña de identidad de todos.
  • Aprovecha el montaje del belén en casa, en el colegio, donde sea, para conocer y dar a conocer la historia más grande jamás contada y que hace más de dos mil años pasó inadvertida. Esa historia que a ti te ha cambiado la vida (una historia, por cierto, muy bellamente contada en el libro 'El niño de Belén o que los más pequeños pueden aprender y recrear con 'El viaje de la Navidad').

  • Aprovecha las vacaciones, los reencuentros con la familia para descubrir el amor cálido de los tuyos, imagen de esa Familia a la que ese Niño que nació en Belén, te ha incorporado y que se llama Iglesia.
  • Aprovecha los villancicos que suenan, a veces machaconamente, en ese centro comercial o en esa plaza, para disfrutar de la melodía del amor misericordioso de Dios que llega al corazón y de esa letra que anuncia la Buena Noticia del Dios hecho ser humano (aunque a veces haya que rebuscar un poco entre peces en el río, borriquitos o ratones).
  • Aprovecha los regalos que te hagan para ser agradecido; y los que tú hagas para, con ellos, regalarte a ti mismo.
  • Aprovecha mil cosas “exteriores” que en estas fechas pueden verse, hacerse, construirse, compartirse con tu grupo o tus seres queridos (un montón de ideas creativas podéis encontrar en la publicación '1001 ideas para vivir en cristiano todo el año').

Aprovecha todo esto e invita decididamente a que tus catequizandos y los que te rodean lo aprovechen, hasta el fondo, en plenitud.

A lo mejor puede que tú o ellos os terminéis quedando solo en esa “Navidad exterior”, pero no te equivoques, en realidad, no es así. En realidad, habréis abierto sin daros cuenta el resquicio perfecto para que ese Niño, experto en hacer lo más grande desde lo más pequeño, sencillo y escondido, nazca de nuevo en medio de nosotros y llene de paz, amor y felicidad a este mundo.

 

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Comentarios (1)

Daniel, gracias por tu reflexión.

Veo muchas coincidencias con un artículo de reflexión sobre la Navidad de José Antonio Pagola, que se puede consultar en la web de Grupos de Jesús: http://www.gruposdejesus.com/vivir-la-navidad-1-una-fiesta-diferente/

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